El grupo, una experiencia de resurrección

     Jornada densa y desafiante, rica de confrontaciones, de coparticipación, de búsqueda y discernimiento.
     El trabajo de la asamblea capitular, representativa de 52 países del mundo, inicia a hacerse substancial y a tocar los puntos cruciales de nuestra vida y misión. Se trabaja duro en grupo, para después poder hacer converger los resultados en asamblea y así proceder juntas, hacia un nivel sucesivo. 
    Puede parecer un trabajo frío y estéril, poco apto al clima dominical. En realidad, es exactamente lo opuesto. El grupo se convierte en un verdadero y propio lugar en el cual generar vida, fragmento de resurrección, que después puede llevarnos al día nuevo y abrir caminos y horizontes amplios por alcanzar. Es una experiencia fuerte, porque cada una de nosotras sabe que está llamada a acoger, a pesar de la diversidad, aquel destello de Dios que la otra custodia y cuya experiencia revela.
     Ciertamente, cada una de nosotras, lleva en su corazón y en la oración este difícil momento histórico para todo el mundo. La preocupación y la solidaridad con nuestros hermanos de Siria es fuerte, pero más fuerte es nuestra confianza en el Señor.
     Es a los pueblos en guerra y al equilibrio internacional en vilo, que hoy dirigimos nuestro recuerdo y nuestra oración.
 
 
Ariccia, 1 de septiembre de 2013


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