Muy queridas hermanas capitulares. Las saludo en la alegría y esperanza de Cristo Jesús para expresarles que desde los días precedentes al inicio del Capitulo, las he tenido muy presentes en mi oración personal y comunitaria, aun en el desempeño diario de nuestra misión. Deseo para todas y cada una de ustedes abundancia de gracias del Espiritu Santo para continuar realizando los trabajos pendientes y acoger sus inspiraciones. Unida a ustedes en el Espiritu y en San Pablo les envio un abrazo fraterno.