Alegría, gratitud, renovada esperanza, futuro, coraje, esencialidad: todo esto continúa resonando en nosotras pensando en el encuentro con el Card. Joao Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica.
El saludo, que habíamos imaginado simple y formal, previsto según el programa antes de la Celebración Eucarística, de hecho, resultó ser un momento de gracia extraordinaria, un verdadero paso de Dios, una sacudida a nuestras conciencias.
«Estamos hechos para Dios dijo si no volvemos a Dios estamos muertos: nada tiene sentido. Las obras no son Dios, son el resultado de una elección de Dios. ¿Pero si no sirven más? ¡Debemos tener este coraje! Tenemos que volver a lo esencial».
Otro pasaje: «Dios te ama a ti, incluso si eres un pecador, él te amará más. No le importa tu pecado, él te ama a ti. Gratuitamente nos ama, Él no pide nada. Pero todo esto debe pasar a la experiencia humana: es decir, saber que el otro me puede dar a Dios. Donde existe la dominación desaparece la hermandad. ¿Quien escucha a Dios que está en el corazón del otro? O volvemos al amor o la Iglesia no tendrá futuro».
Agradecemos de corazón al Card. Joao por la fraternidad y la alegría que nos ha donado, por habernos llevado al corazón de la Madre Iglesia, por habernos hecho sentir parte viva del Cuerpo de Cristo, que quiere vivir y anunciar el amor de Dios. «Deben cuidar bien el carisma de Alberione – ha dicho al saludarnos porque es un campo muy difícil, pero muy valioso para la Iglesia».
Ariccia, 5 de septiembre de 2013